Las cactáceas son plantas que quedan bien en cualquier jardín, balcón, ventana o habitación. Y, además, son muy fáciles de cuidar, sobretodo para quienes no pueden o no suelen acordarse de regar frecuentemente. Sin embargo, hay que conocer sus necesidades para lograr, por ejemplo, que den flores cada año o que una helada no acabe con ellos. Aquí tenemos algunos consejos para cuidar nuestros cactus, unas plantas que pueden estar tanto dentro como fuera de casa.
Sabemos que los cactus necesitan una cantidad de agua mucho menor que la que requieren otras especie. Por ello también hay que tener en cuenta que necesitan un sustrato especial para cactus : aireado (ligero) y con un buen drenaje. Y, como cualquier otra especie hay que abonarla, una o dos veces al año.
El riego varía en función de la estación en la que nos encontremos y también del lugar donde coloquemos nuestra maceta de cactus. En principio, las pautas de riego para los cactus son: desde primavera hasta otoño, darles agua una vez a la semana; en invierno es la época de reposo para las cactáceas, por lo que entonces tendremos que regarlas lo mínimo: con una o dos veces al mes, puede que sea suficiente. Sin embargo, si son cactus que viven en el interior y tenemos estufas o calefacción en las habitaciones en las que se encuentran podrían resecarse: en ese caso, hay que mantener la frecuencia de riego de una vez a la setmana. Si permanecen fuera, y las temperaturas son bajas, es mejor no regarlos hasta que comiencen a subir las temperaturas. Respetar su descanso es importante para que luego florezcan.
Dedido a que el invierno es su época de reposo no es bueno trasplantarlos en este momento, mejor hacerlo durante la primavera. Al poner el sustrato en la nueva maceta debemos evitar enterrar demasiado la planta para que ésta crezca mejor.
Como cualquier otra especie, los cactus también requieren luz pero la radiación directa es mejor que sólo les llegue durante pocas horas. Algunos cactus ni siquiera necesita el sol directo y pueden vivir perfectamente junto a una ventana (girando la maceta cada ciertas horas para que crezcan uniformemente y no se tuerzan hacia el lugar de donde viene la luz) e, incluso, bajo una lámpara.
Cuando tenemos los cactus al exterior, si están en maceta debemos moverlos entre el sol y la sombra (en poca de mucha insolación) y entrarlos a casa durante el invierno; si están plantados en el suelo, lo más importante es que los cubramos durante las noches de invierno, para evitar que se hielen, y también cuando llueva demasiado. Para los cactus que hemos entrado en casa, cuando los volvamos a sacar tenemos que aclimatarlos: después de estar meses hibernando, sentir el sol directamente puede quemarlos. Poco a poco.
Siguiendo estos sencillos consejos lograremos que nuestras plantas con pinchos no sólo gocen de buena salud, sino que tengan flores en cada época de floración.
This article was written by bures