Una de las flores favoritas para regalar es la orquídea. Sus hojas blancas, violetas o de tonalidades que pueden llegar incluso al amarillo, son sinónimo de elegancia y buen gusto, mientras que su forma delicada las convierten en un elemento de decoración único para nuestro hogar.
Si estás pensando en adquirir una de estas plantas o te han obsequiado con una y no sabes cómo mantenerla, te contamos cómo cuidarlas y qué tipo de sustrato es ideal para ellas.
Dentro de la familia de las orquídeas existen más de 30 mil especies diferentes, sin embargo, el tipo más común de encontrar a la venta es la Phalaenopsis.
Mejor conocida como orquídea mariposa, este género cuenta con 60 especies diferentes provenientes de Indonesia, Filipinas, Australia y Perú.
Su nombre hace referencia a la forma de sus flores abiertas similares a las alas de una mariposa; sus colores característicos son el blanco y el morado, y normalmente crece sobre los arboles a cuyas ramas se aferra gracias a sus raíces. Esto significa que son plantas epifitas: viven sobre otras plantas y que se alimentan de ellas. Normalmente en la parte alta de los árboles en busca de la luz natural y de un clima húmedo.
La orquídea es de origen tropical, esto quiere decir que tiene exigencias muy especificas. Para que el aporte de luz sea similar a su hábitat natural, te recomendamos ponerla cerca de una ventana iluminada pero cuidando que no reciba luz directa (recordemos que estas plantas viven a la sombra de ramas y la vegetación de los árboles) . Otra opción es colocarla cerca de una ventana con cortinas que filtren la luz.
Antes de colocar tu orquídea en una maceta debes pensar en que las raíces de las orquídeas crecen en la superficie de los árboles, por lo que las raíces también necesitarán filtración de luz para realizar su fotosíntesis.
La orquídea es caprichosa en cuanto a la cantidad de agua que necesita. En su ambiente natural pasa la temporada de lluvias con grandes captaciones de agua, mientras que en la temporada más seca utiliza la humedad del ambiente y el agua captada en sus raíces para alimentarse.
Si regamos muy a menudo nuestra orquídea, la raíz recibirá una sobre hidratación que pudrirá la planta. Lo ideal sería hacerlo una vez a la semana, con un riego abundante y asegurando el drenaje del exceso de líquido.
Un consejo es hacer pequeños hoyos en tu maceta y sumergirla en agua, para después permitir que el exceso escurra, logrando así una hidratación uniforme. Si vas a aplicar esta estrategia, no olvides cambiar el agua cada vez que cambies de maceta, esto evitará la transmisión de enfermedades.
A menos que sea en un árbol de orquídeas, esta planta no sobrevivirá en exteriores y temperaturas bajas. Su carácter tropical hace que requiera de un temperatura entre los 15ºC y 30ºC. Expertos en el cuidado de plantas recomiendan realizar un cambio de 10ºC entre el día y la noche, priorizando un ambiente más fresco por la noche. Esto ayudará de manera contundente a la floración de tus plantas.
Lo ideal para ellas es un sustrato especial para orquídeas. En el caso del sustrato de Burés se trata de un preparado a base de cortezas de pino de granulometría gruesa. Es una mezcla muy aireada, lo que va a garantizar el buen desarrollo de las raíces corrigiendo el exceso de humedad. Se rehidrata fácilmente y absorbe perfectamente el agua entre riegos. Con una elevada estabilidad la degradación del sustrato es lenta.
CONSEJOS DE APLICACIÓN
This article was written by bures